martes, 28 de febrero de 2012

Esto no es un obituario



“Realmente, ¿quieren escuchar o quieren gritar? No vine para escucharlos gritar a ustedes; gritemos cuando sea el momento, todos juntos, al final; pero no ahora, porque… no sé, tranquilícense, que sea una fiesta en paz y con un poco de armonía con la música. Les agradezco mucho”.

Habían transcurrido un poco más de 20 minutos de su presentación en el ya desaparecido festival Internacional de la Cultura de Sucre hace prácticamente 10 años, en 2002. La excitación de la audiencia hacía que ésta se manifieste en exclamaciones de todo tipo y a altos decibeles, lo que era comprensible, dado que a quien tenían al frente, sobre el escenario era una leyenda de la música que pisaba suelo nacional por primera vez. Esa energía era la acumulada en décadas de espera y se la canalizaba de esa manera.

Pero el tiempo de los oyentes y el tiempo del músico habían tenido su propio ritmo en cada caso. Probablemente 30 años antes, el artista más bien habría animado a la audiencia a “darle polenta” pero su evolución lo había alejado de los públicos bullangueros, futboleros.

La audiencia local, en su mayoría, esperaba las canciones emblemáticas de Almendra y Pescado Rabioso… y el hombre venía a presentar su más reciente trabajo hasta entonces “Silver Sorgo” (2001) y entre aquellos primeros momentos y éste habían pasado muchas cosas, entre ellas Jade y Socios del Desierto (siempre con el “Spinetta” casi como artículo gramatical).

Y sí. Por si no habías caído en cuenta, era de Spinetta y de su único concierto dado en estas tierras sobre lo que hablábamos, un Flaco maduro, algo intolerante, poco comunicativo; muy enfocado en su música.

No escribo un obituario porque medio mundo ya lo ha hecho; yo mismo pronuncie algo parecido a uno en una entrevista que me hicieron a horas de la partida de uno de los pilares, junto a Lito Nebbia y los Manal, del rock de estos lados. “Nos encontró desprevenidos; estábamos más predispuestos para recibir la noticia sobre la muerte de…” atiné a decir. Tan desprevenidos, digo ahora, que aún sabiendo que se encontraba internado en un nosocomio porteño, hablábamos de su posible vuelta al país –a La Paz, específicamente- cosa que, ¡adivina!, ya es imposible.

Es curioso, muy humano por otra parte, que luego de la desaparición física de sus autores, les damos otros sentidos a sus textos. Esto me ha pasado con la letra de “Cementerio Club”, del disco Artaud (Pescado Rabioso 1973), misma con la que cierro estas líneas:

Justo que pensaba en vos, nena, caí muerto
¿Qué le dio al pequeño dios
del centro gris del abismo?
Sólo sé que no soy yo a quien duerme
Sólo sé que no soy yo a quien duerme

Dime nena, ¿Adónde ves ahora
algo en mí que no detestes?
Qué solo y triste voy a estar en este cementerio
Qué calor hará sin vos en verano

jueves, 23 de febrero de 2012

Escopetas contra palomas



Proximidades de plaza Murillo, a la llegada de la marcha de personas con discapacidad, cerca a las 15:45.

viernes, 17 de febrero de 2012

Serrat, hace 19 años...


Foto: David Mercado

Hace unas semanas, re-publiqué esta foto en la que se me ve en los camarines (back stage) junto a Joan Manuel Serrat minutos antes de su primera presentación en La Paz el 17 de febrero de 1993, hace 19 años exactamente. Mi presencia no fue casual y me nos aún forzada... llevaba acompañando "arriba y abajo" al catalán dos días en calidad de "asistente" -y dos días más hasta su partida- dadas una circunstancias que abrieron tal posibilidad... no lo busqué pero ante la oportunidad ¡no opuse ninguna resistencia! Supongo que casi dos décadas después puedo decirlo sin que suene a "fanfarroneada".


Foto: David Mercado

Serrat brindó dos conciertos, ambos con sonido de regular para abajo dado que los "teatros" disponibles eran los menos indicados para la música, dos coliseos con cúpula metálica: el del colegio La Salle y el de la calle México.

En el plan original estaba el siempre apropiado Teatro al Aire Libre pero la alcaldía de entonces, en manos de Condepa, ponía como condición que Carlos Palenque hablara en medio del concierto. No way... el propio contrato lo impedía.

Con todo, quienes estuvieron en alguno de los conciertos lo recuerdan con felicidad y ha quedado en la memoria el momento en que Serrat dedicó su canción "Para la libertad" a Marcelo Quiroga Santa Cruz.



Al tenor de la dedicatoria que me dejó, "Para Puca, un recuerdo agradecido y entrañable", se diría que la vida había tomado café conmigo.

La chanchada



“Quien crea que este asunto quedó resuelto con la promulgación de la ‘ley corta’ y el tratamiento de su reglamento, peca de ingenuidad. Inmediatamente promulgada dicha ley, el régimen montó una campaña de desacreditación de los dirigentes de los indígenas de tierras bajas y, en su constante de ver en todo acto crítico a su desempeño un acto de conspiración, llegó a afirmar que el propósito de dicha marcha era el de asestar un golpe de Estado. Habrá que hacerle recuerdo que a su llegada a La paz, los marchistas y una nutrida cantidad de ciudadanos lograron ingresar al ‘Kilómetro 0’, permanecieron cerca a media hora y se dirigieron tranquilamente a otro lugar… ¡A nadie se le ocurrió ‘tomar’ el palacio de gobierno!. Estamos ante lo que el Vicepresidente denomina ‘estrategia envolvente’, eufemismo por lo que, en términos vulgares, se llama ‘chanchada’ (perdón por decirlo así, pero no encuentro manera más expresiva de hacerlo) y la recientemente concluida reunión de adherentes del régimen forma parte de la misma”.

De esta manera abordé una parte del texto de mi intervención en la presentación del libro “Diálogos en el proceso de cambio”, editado por la Asociación Boliviana de Ciencias Políticas, el 15 de diciembre de 2011.

Ciertamente no se necesitaba ser oráculo para percibir el curso de las acciones del régimen, pero haberlo dicho y expuesto ante un auditorio es como un certificado extensivo a muchos otros textos e intervenciones, de que lo que afirmamos está siempre provisto de sustento.

Se ha consumado una “chanchada” del oficialismo. Esto nos lleva, sin necesidad forzar analogías, a la fábula orwelliana en la que el porcino Napoleón, una vez tomado el poder en nombre de los suyos, se convierte, en concomitancia con su círculo de compinches, en el mayor opresor de aquellos; mayor aún que su predecesor, del que supuestamente había que liberar al pueblo.

Con el Jefazo, la prosperidad llega para sus pares, los otros marranos, mientras que el resto de los habitantes de la granja es sometido a duras restricciones a la libertad.

Otro personaje de la fábula, haciendo gala de su fina labia, es el encargado de convencer al resto de la granja sobre las decisiones del Gran Jefe y suele manipular al resto de animales con argumentos sospechosos.

Con lo que llegamos a la famosa antimoraleja del relato: “Todos son iguales, pero unos son más iguales que otros”.

viernes, 10 de febrero de 2012

"Cumbres" devaluadas



A estas alturas, el término “cumbre” aplicado a las reuniones convocadas por el régimen a modo de dar algo de barniz democrático a su proverbial autoritarismo, se ha vaciado absolutamente de contenido, por el abusivo uso del mismo y porque éstas no son sino encuentros partidarios de auto-aplauso.

Esto viene a cuento porque, ni bien terminada una “cumbre” que evacuó setenta (70) ocurrencias de leyes, el Presidente vuelve a la carga, en un momento delicado para su imagen, a convocar a otra; esta vez para tratar lo que el régimen llama “consulta previa” sobre la destrucción del TIPNIS, tema en el que lo que corresponde es cumplir con la Constitución y las leyes que protegen dicho territorio. Ninguna “cumbre” está por encima de las leyes -muchas de las cuales son de factura del propio régimen- ni de los convenios internacionales de los que Bolivia es signataria.

“Estamos convocando a una gran reunión con los movimientos sociales (…) para organizar una comisión técnico-jurídica que discuta una norma de consulta previa, basada en normas de la OIT, las Naciones Unidas y la Constitución”, ha dicho, con absoluto desparpajo, Evo Morales.

El régimen, sumido en la incompetencia y presionado por los cocaleros y sus intereses ilegales, trata de borrar con el codo lo que firmó con la mano.

Entretanto, la ciudadanía, estupefacta ante tal actitud, comienza a organizarse, tal como lo hizo entre septiembre y octubre de 2011, para manifestar su repudio a la “estrategia envolvente” del oficialismo.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Spinetta (QEPD)



A Spinetta le gustaba que la audiencia permanezca en silencio mientras ejecutada sus canciones. Durante su presentación, la única que hizo en nuestro país, en el Festival Internacional de la Cultura, en Sucre, el público, en su entusiasmo, acompañaba las interpretaciones con todo tipo de exclamaciones.

Llegado un momento, el Flaco se dirigió a la gente y le solicitó que, por respeto a su música, dejaran de hacer tal cosa. Su tono, algo molesto, pareció extrañarla pero, a partir de ese rato, el concierto se desarrolló entre intervalos de silenciosa atención y de largas ovaciones al final de cada tema.

Así era Luis Alberto Spinetta, el mago de Almendra –a propósito, su ex compañero de grupo Edelmiro Molinari, también padeció cáncer y hace aproximadamente un año se expresó torpemente sobre Spinetta- que, junto a Los Gatos (Litto Nebbia) y Manal (Claudi Gabis) sentaron las bases para el desarrollo del rock argentino.

Para Piero:



"Malversación" no quiere decir que tus versos sean malos (aunque algunos son verdaderamente cursis), sino que te dieron plata para una cosa y te la tiraste en otra.

viernes, 3 de febrero de 2012

Una lista de miedo



En mi anterior post sostuve que cincuenta muertos de una sola vez impresionan más, en términos de impacto político y social, que mil caídos bien dosificados en el tiempo. Me refería, desde luego, a la descomunal cantidad de muertes producidas por este régimen en seis años; cantidad que, siendo similar a la de octubre de 2003, parece no quitar el sueño a nadie.

Esta misma lógica puede aplicarse a la percepción sobre un caso concreto de terror gubernamental y la enumeración conjunta de varios casos de este tipo. Al menos, eso es lo que me produjo la lectura de una nota de Roberto Navia, publicada en El Deber hace unos días, en la que se hace un recuento de hechos infames que han ido quedando en el olvido, pero que repuestos todos juntos, además de refrescar la siempre frágil memoria, causan escalofríos de tan burdos como terroríficos que fueron.

Eventualmente, en sus cavilaciones internas, uno se pregunta ¿y qué fue de Rada, de “El Viejo”, de Niño de Guzmán, de un tal Walter Adrade, de George Nava, de un tal Clavijo, de la misteriosa policía…? Todas ellas, fichas que el régimen usó para ejecutar el trabajo sucio.
¿En qué quedó, por ejemplo, el caso Urresti –víctima de la toma de la entonces Prefectura de Cochabamba por hordas masistas? El memorándum de Navia lo actualiza de esta manera: “Está por ser archivado”.

A propósito de tal hecho, aquel día -11 de enero de 2007- me encontré casualmente por la calle con el actual ministro de Culturas, Pablo Groux, que entonces trabajaba en el Gobierno Municipal de La Paz por cuenta del MSM, y le expresé mi malestar por la vil acción de los “movimientos sociales” y él, con algo de humor negro, me respondió: “El Álvaro (García Linera) y el Wálter (Chávez) se deben estar frotando las manos de gusto”. No me extrañaría que haya sido así.

Caranavi (represión con muertes), Chaparina (brutal intervención contra los marchistas del TIPNIS), La Calancha (represión con muertes), aeropuerto de Pando (muerte de un pastor evangélico), Yapacaní (ajustes de cuentas políticos entre masistas, con muertes), caso “camarógrafos de Unitel” (salvajemente golpeados por efectivos de la UTARC), Sanandita (lesiones seguidas de muerte a un joven militar en la “Escuela de Cóndores”), Porvenir (derrocamiento y reclusión del Prefecto, con muertes), Yacuiba (atentado con explosivo contra Unitel)… Y nos quedamos cortos y estupefactos.